Desde los inicios de nuestra historia, en cada época y contexto, en el mundo entero se han levantado millones de voces de todo orden social, ideológico y económico, para exigir a esas siempre lejanas y represivas autoridades, lo que creen más justo y necesario para el bienestar de todos.
Así es…basta dar un vistazo a nuestros cuadernos de historia del colegio (para los que aún existen en algún rincón de la casa) para darnos cuenta de que todo de lo que hoy gozamos y creemos tan normal y obvio, significó en su momento sangre, muerte, manifestaciones, baños del guanaco, ojos llorosos por las lacrimógenas, etc, etc…de gente que no le importó perder sus trabajos, clases…hasta sus propias vidas por causas mayores.
Aunque no lo creamos, el simple y cotidiano hecho de no trabajar los domingos, de que nosotras las mujeres podamos estudiar y votar, el reunirse con amigos y asociarse, el opinar sin miedo a que te maten, tener sexo fuera del matrimonio…hasta el simple pero importantísimo derecho a vivir, le costó tiempo, trabajo, sudor, sangre y lágrimas a millones de personas a lo largo de la historia; personas que no lucharon por ellos mismos, sino por ti, por mi…y por todos los que hoy gozamos de su sacrificio y esfuerzo.
Hoy en día, en esta pacífica, amable y hermosa “democracia”, no nos van a matar…es lo único que tenemos casi seguro (casi…con los pacos nunca se sabe…).
Por lo tanto, si hubo tanta gente dispuesta a dar su vida por algo tan simple para nosotros como vivir, ¿ Cómo no somos capaces de desplazar nuestros intereses personales, las clases perdidas las pruebas juntas…bla, bla, bla…por una educación pública digna y de calidad, para tus hijos y los hijos de tus hijos?
Hoy es el momento…no después ni cuando salgas de la carrera o terminemos las pruebas…así que deja de ser un yo-yo (yo, yo, yo), sal de esas cuatro paredes y comprende que el mundo no se mueve solo, todos lo construimos día a día…pero todos.
ÚNETE, TRABAJA Y APRENDE…EL MOVIMIENTO TE NECESITA!